No acostumbro a ir a concentraciones. No tengo nada en contra de ellas, pero por mi forma de entender la moto y la vida en general, me agobian las aglomeraciones y me siento más cómodo cuanto menos organizada esté la ruta.
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Sin embargo hay algunas a las que sí me gusta ir, todas ellas en invierno. El Amotonamiento de la Penya Paddock en Ulldemolins, Tarragona, que dejó de realizarse en 2019; la Invernal de la Penya Paki Paya, de reciente creación en la provincia de Barcelona; la Reunión Invernal de Arguis del Moto Club Monrepós, desde 1974 en el embalse de Arguis, Huesca; o la famosa Elefantentreffen, a la que acudí en su edición 64 en 2020, en Loh/Solla, en la Baviera alemana, justamente hoy hace un año.
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Todas ellas tienen en común el frío, las hogueras, el caldo caliente, la amistad y la camaradería que se respira.
Recuerdo hace años en la reunión de Arguis, levantarme por la mañana y apartar con la mano la capa de hielo formado en la lona de la tienda de campaña, tras una gélida noche solo confortada por las risas de los amigos y compañeros, y jurarme a mí mismo: «¡no volveré más! ¡joder que frío!»
Y al año siguiente, el fin de semana anterior a Navidad, allí volvía a estar, fiel a mi cita para encontrarme de nuevo a esos amigos y compañeros de distintos puntos de España, que solo nos veíamos en esa reunión.
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Aunque ya no hace el frío de años atrás, estas reuniones mantienen la esencia del viaje en moto en invierno: la conducción “a la defensiva”, el hielo traicionero en las curvas sombrías, la pantalla del casco empañada o los ojos llorosos por el hilo de aire que se cuela por el casco (elige una u otra opción, no hay punto intermedio), los dedos de las manos insensibles, los pies como cubitos de hielo, y al bajar de la moto tener el cuello y la espalda agarrotados por la tensión, tras horas de encoger el cuerpo por el frío.
Al llegar al lugar de la concentración resulta imprescindible reunirse junto a la hoguera con un vaso de caldo caliente, escuchando las batallitas moteras de rigor, para de esta manera atemperar el cuerpo y el espíritu.
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Desgraciadamente en 2020 no hubo Reunión, como consecuencia de esta pandemia mundial de la Covid-19 que tanto ha condicionado nuestras vidas, pero me consuela haber acudido a la 46 edición, la última que se hizo en 2019, y además tengo la seguridad de que en 2021 podremos vernos de nuevo en la 47 Reunión Invernal de Arguis, el encuentro de motoristas más antiguo de España.
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